Se lo dijeron antaño a un rey

lunes, 25 de septiembre de 2023



     «Señor, el reino se pierde, 
si no es que está ya perdido;
el daño se ha conocido
Vuestra Majestad recuerde,
pues no solo un perro muerde,
callando el mundo da gritos
que hay muchos perros malditos,
llenos de rabia y codicia, 
que escurecen la justicia
con honrosos sobrescritos.
     Haga un discurso pequeño, 
pues su conciencia le obliga;
cáusele muy gran fatiga
el torpe y pesado sueño,
pues mi palabra le empeño 
que, si bien abre los ojos, 
que le han de causar enojos
las verdades que le pinto;
salga deste laberinto
hecho de espinas y abrojos». 
                          ____

     «A las conquistas injustas 
no vos quiero provocar;
mas, Señor, para cobrar
las cosas que vos son justas
un corazón tan constante 
es sin dubda menester
que de nada no se espante, 
ni con el bien se levante, 
ni con mal deje caer».
                         ____

     «Si en algo he excedido, 
              [merezco perdones: 
duelos tan del alma 
              [no afectan razones.            
     Servicios son grandes 
              [las verdades ciertas, 
las  falsas razones 
              [son flechas cubiertas».  
                           ____

     «De nuevo quiero invocar
aquel socorro divino
para poder el camino
trabajoso prorrogar. 
Acorra con el poder
el Padre, que puede tanto,
el Fijo con el saber,
gracia para componer
venga del Espíritu Santo».


     Adición:

     «En el caballo sin freno
va su dueño temeroso;
sin el gobernalle bueno
el barco va peligroso.
Sin secutores las leyes
maldita la pro que traen;
los reinos sin buenos reyes
sin adversarios se caen».
 
Por buscarlos y disponerlos,
Jorge Schoendorff Ortega

Los versos del primer lugar son de Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana; los de los lugares segundo, cuarto y quinto, de Gómez Manrique; y los del tercer lugar se atribuyen a Francisco de Quevedo y Villegas.