¡Fuera lo viejo!

viernes, 25 de noviembre de 2022

Etapas de la vida / Nazrul Islam Ripon



Núñez Feijóo ha tenido la genial idea de pedir que se retiren de forma inmediata todos los coches de más de diez años. ¡Y ha sobrevivido a semejante estupidez! Porque vamos a ver, ¿sabe el jefe de la oposición que hay 19 millones de coches mayores de esa edad que circulan por España? ¿Y qué se cree, que sus dueños los mantienen porque les gustan las antigüedades? Pues este genio de la sociología es el que pretende sustituir en la Moncloa a Mi Misma Mismidad, lo que nos vuelve a poner en guardia a quienes anhelamos el relevo, porque este derrape del inquilino de Génova 13 se suma a varios anteriores que ya nos dejaron encendidas todas las alarmas.

Pero peor que la metedura de pata que supone que el futuro presidente del Gobierno de España desconozca la realidad social que va a tener que gestionar, es el acto fallido o desliz freudiano que ello pone en evidencia. Núñez Feijóo desde sus 61 años, a cuatro de los 65 de la antigua jubilación; o lo que es lo mismo: de lo que los cursis llaman tercera edad, todavía contempla el mundo con el convencimiento irracional de que esa etapa no va a ir con él. Y que por definición los que han llegado a ella son una carga inútil de la que lo mejor es deshacerse.  Algo así como la genial idea que propuso un político inglés para ahorrar gastos en los presupuestos generales del Estado. Ni más, ni menos que animar a los viejos a fumar, para facilitarles cuanto antes el pasaje sólo de ida al mítico Brigadoon de sus antepasados.   

Por lo visto entre los asesores que tendrá Feijóo en su partido no hay ninguno lo suficientemente mayor como para explicarle cuáles son los motivos que dan paz, serenidad y plenitud humana a la última etapa del recreo de la vida. Pues le voy a explicar los distintos tiempos que surcamos las personas mayores y que ya conocen algunos de mis pacientes lectores.  

El primero es el tiempo de prememoria narrada, en el que nos preguntamos si existió algo antes de que nosotros naciéramos y caemos en la cuenta de que somos lo que otros nos dijeron que fuimos. Es el tiempo del que arrancan todos los demás. Como el de la nostalgia clásica, cuando pensamos en lo que fuimos físicamente y nos consolamos con la nostalgia moral de ver que los valores intangibles que se nos inculcaron permanecen en nosotros, apenas alterados. Después viene el tiempo de medirnos con la vida, como personas normales que trabajan, triunfan y fracasan. El honrado esfuerzo por progresar y el encuentro con el amor de verdad o imaginado. La pérdida de seres queridos, las enfermedades y el asombro por la velocidad con que se pasaron los años.

Pero es ahora, con la edad que no le gusta a Feijóo, cuando llegamos al tiempo de arrepentimiento necesario. La sensación de que podríamos haber actuado de otra manera. Cuando somos conscientes de lo que hemos hecho mal; especialmente si hemos dañado a otros y cómo ello condiciona la única gran aspiración que iguala a las personas jóvenes y mayores, que es la felicidad. De donde brota el tiempo que podríamos llamar de congoja metafísica, en el que las preguntas eternas se hacen cada vez más acuciantes: ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué me espera? Es el momento de buscar la verdad, no en la razón sino en la pasión. El asidero de la fe para los creyentes y la necesidad de la paz que nos lleva a redescubrir la importancia de la familia y los seres queridos.

Y finalmente nos hallamos ante el tiempo de eternidad deseada en el que esperamos que la vida sea algo más que un paréntesis entre dos nadas, y confiamos encontrarnos frente a la verdad total. Sólo nos queda centrarnos en el tiempo de las listas de agradecimiento, en las que caben todos los que nos hicieron algún bien: familia, maestros, amigos, compañeros, médicos, vecinos, profesionales… Sentir la paz de haber cumplido con todos. Y esperar.

A Núñez Feijóo aún le quedan unos años para empezar a recorrer estos tiempos. Pero le llegarán y seguro que entonces se arrepentirá de su desliz freudiano pidiendo la destrucción de los coches viejos. Por la sencilla razón de que él será uno de ellos.

ESCRITO POR:

Ignacio Despujol es Licenciado en Filosofía y Letras, y especialista en comunicación empresarial y marketing. Ha sido profesor en las Universidades Pontificia de Comillas-ICADE, Complutense, Autónoma de Madrid y CEU San Pablo, co-autor de «Comprender el Arte» (Biblioteca UNED) y autor de «La otra cara de la publicidad» (en preparación).