Florilegio funéreo

sábado, 22 de noviembre de 2025



     «Aquí yace un egoísta
que no hizo mal ni hizo bien... 
Requiescat in pace, amén». 
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     «Aquí yace un cortesano
que se quebró la cintura
un día de besamano». 
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     «“Sub hoc tumulo...”. Adelante, 
que este será algún pedante». 
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     «Aquí yace, peregrino, 
entre gusanos aquel
que, aunque fue un grande pollino, 
a fuerza de trapo fino
llegó a hacer un gran papel». 
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     «Aquí yace un pecador
que al morir nacer quisiera
no por vivir como quiera, 
mas para vivir mejor».
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     «Los quiso separar la cruda 
                               [muerte, 
y los unió en la tumba amor más 
                               [fuerte».
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     «Aquí yace, viador, 
el que nos hizo creer
que era un sabio, y, en rigor, 
se metió luego a escritor, 
y lo echó todo a perder».
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     «Muriendo, quien yace aquí 
de sí mismo murmuró, 
pues solo se confesó
para decir mal de sí». 
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     «Aquí yace sepultada
la más que noble señora 
que en su vida, punto ni hora
tuvo la boca cerrada. 
     Y es tanto lo que habló
que, aunque más no ha de hablar, 
nunca llegará el callar 
adonde el hablar llegó».  
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«Aquí yace, peladilla, 
el moño por quien gastó
tanta gorrada el cortés, 
tanta ojeada el mirón, 
tantos versos el poeta, 
tanto rumbo el fanfarrón, 
tanto tonto tanta baba, 
tanto necio tanto humor». 
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     «¡Cuñados en paz y juntos!...
No hay duda que están difuntos». 
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     «Aquí yace sepultado
quien su fe jamás faltó, 
el más firme enamorado. 
Quien más quiso lo mató
de una muerte de olvidado». 
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     «Aquí yace un jabalí
a manos de una deidad;
muriera de vanidad
si volviera a estar en sí.
Cazador que por aquí
la senda pisando vas,
vuélvete, que no hallarás
fiera en el monte con vida,
que esta murió de la herida
y de envidia las demás».
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     «¿Quién yace aquí? Ninguno. 
Solo un cuerpo vacío de alma y 
                              [nombre, 
que lo que solo es cuerpo ya no es 
                            [hombre».
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     «Murió como si vivir
no hubiera después de muerto. 
Vivió como si de cierto 
no se hubiera de morir». 
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«Aquí yace don Quijote, 
el que en provincias diversas 
los tuertos vengó y los bizcos
a puro vivir a ciegas». 
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«Aquí yace un caballero
que nunca tuvo caballo
y que se murió de risa
viendo a sus conciudadanos».

 Por buscarlos y disponerlos, 
              Jorge Schoendorff Ortega

Versos seleccionados de Francisco Martínez de la Rosa (lugares 1.º, 2.º, 3.º y 11.º), Francisco Gregorio de Salas (4.º y 7.º), Juan Rufo (5.º), Juan Arolas Bonet (6.º), Francisco de Borja y Aragón (príncipe de Esquilache) (8.º), de la Floresta española de apotegmas (9.º; sentencias «colegidas por Melchor de Santa Cruz de Dueñas», pero desconozco quién sea el autor de los versos que incluyo), Salvador Jacinto Polo de Medina (10.º), Diego López de Haro (12.º), ¿Álvaro Cienfuegos? (13.º), Francisco de la Torre (14.º y 15.º; traducciones de dos de los epigramas de John Owen), Francisco de Quevedo y Villegas (16.º) y Eusebio Blasco (17.º).